LOS TOROS DESDE LA IZQUIERDA
Preámbulo:
¿Por qué? Porque ante los ataques desde todos los ámbitos, el intento de patrimonialización de la tauromaquia por parte de la derecha y la ultraderecha y ante la situación crítica en la que se encuentra la Fiesta de los Toros, un grupo de aficionados nos vemos en la necesidad de reivindicarnos como aficionados a los toros desde un punto progresista y de izquierdas y ser así una plataforma de apoyo a la Tauromaquia en toda su integridad y en todas sus manifestaciones.
¿Para qué? Creemos firmemente en la necesidad de que los aficionados progresistas nos reivindiquemos como tales y "salgamos del armario" para proclamar nuestra afición y no dejar a la Fiesta "sola" y en manos de determinados elementos de otras ideologías. También queremos responder y combatir a esos grupos mal llamados animalistas que desde una supuesta izquierda quieren acabar no ya con nuestra cultura, y por ende con nuestra Fiesta, sino también y en último caso, y más grave aún, con el toro bravo.
¿Por dónde? Alzaremos la voz, nuestra voz progresista y de izquierdas, para, allá donde sea necesario, regenerar la Fiesta de los Toros y denunciar igualmente los diferentes atropellos que viene sufriendo y lo haremos siguiendo la estela de grandes intelectuales y sabios de nuestra historia, que así lo han hecho desde tiempos inmemoriales.
¿Para quiénes? Por supuesto, para todos los aficionados de España y del resto del mundo taurino que amen nuestra Fiesta y, además, pretendan trabajar por ella desde nuestro punto de vista progresista y de izquierdas.
Manifiesto:
1. La tauromaquia sí tiene ideología. La tauromaquia es de izquierdas y de derechas. La Fiesta de los toros es una ideología en sí misma. Su ideología es el pueblo. La Tauromaquia es una tradición cultural, medioambiental y económica cuya actividad redunda en el beneficio del pueblo que la cultiva. Por ello, desde posiciones progresistas es una obligación y un orgullo defender y divulgar una tradición y un patrimonio que desde hace siglos nos han legado nuestros ancestros.
2. Si entendemos como cultura el conjunto de manifestaciones en las que se expresa la tradición y el modo de vida de un pueblo, la Tauromaquia lleva intrínseca en sus genes la cultura ancestral europea, que puede remontarse hasta la antigua civilización cretense. En la actualidad, no podría entenderse la vida de países como España, Portugal, Francia, Perú, Ecuador, Venezuela, Colombia o México, y de la mayoría de sus pueblos, sin su cultura taurina, que se manifiesta a través del rito en torno a un animal singular como es el toro. Sin la relación del hombre y el toro no se entendería nuestra existencia y muchas de nuestras manifestaciones culturales como la literatura, la música, el cine, el teatro, la pintura o la escultura serían mucho más pobres y limitadas. El amor al toro y nuestra interacción con este animal mítico enriquece y engrandece nuestra trayectoria vital y nuestro bagaje cultural y humano.
3. Tauromaquia es ecologismo. El toro bravo es la raza bovina más antigua del mundo y una joya de nuestro patrimonio genético que se mantiene por la tauromaquia. Sin ésta desaparecería un animal único en el mundo, que además manifiesta, entre sus distintos encastes, una diferenciación genética muy superior a la existente entre otras razas bovinas europeas. La raza bovina de lidia es una raza de razas que debemos conservar.
El toro de lidia ocupa miles de hectáreas de dehesa y de otros ecosistemas, como la marisma, de los que es su mejor guardián al convivir en equilibrio y armonía con la flora y fauna autóctonas. Además de con el hombre que puebla esas mismas tierras. La crianza del toro bravo es sostenible en sí misma y ayuda a conservar y fijar, en su hábitat, la población de zonas amenazadas por la desertización, tanto humana como de flora y fauna.
4. La tauromaquia, tanto en lo referente a los festejos mayores, corridas de toros, rejones y novilladas, como en sus manifestaciones populares, es una industria generadora y redistribuidora de riqueza y el segundo espectáculo de masas, tras el fútbol, de España. Aporta a las arcas públicas decenas de millones de euros que son vitales para el mantenimiento de nuestro estado social de bienestar, además de generar innumerables puestos de trabajo que garantizan el sustento de miles de familias sin apenas recibir ayuda pública alguna. La tauromaquia genera igualmente una cadena de valor económico vital para el sostenimiento de otros sectores económicos como el turístico, el gastronómico o la hostelería.
5. Todos los estamentos taurinos -ganaderos, toreros, novilleros, banderilleros, picadores, mozos de espadas, veterinarios, personal sanitario, apoderados, empresarios, empleados de ganaderías y plazas de toros...- deben de trabajar huyendo de individualismos, pensando en el bien común que es la tauromaquia, y con el único de fin de ofrecer al pueblo, verdadero guardián de esta tradición, un espectáculo digno, que se respete a sí mismo, que respete igualmente al aficionado y, sobre todas las cosas, al principal protagonista de este patrimonio único: el toro.
6. Es obligación de los gobernantes de turno, independientemente de su adscripción ideológica y de su filiación política, y así se lo exigimos, que la tauromaquia tenga las mismas obligaciones que las demás manifestaciones culturales, pero también los mismos derechos de los que disfrutan éstas. Ni más ni menos. La tauromaquia también exige igualdad y es una obligación de las autoridades defenderla, protegerla y promocionarla.
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