Quiero
pensar que, como cualquier otra actividad económica, el sector taurino
contribuye al fisco con arreglo al marco legal establecido y les aseguro que
en este sentido, la ley es muy clara en cuanto a tipos de contrato,
rendimientos, retenciones, etcétera siempre dentro del ámbito de una relación
laboral -según la Audiencia Nacional- de "Carácter Especial".
Esto sobre
el papel pero como ya sabemos, el papel es algo que aguanta todo y lo cierto
es que la tauromaquia a día de hoy, sigue sin aportar, quizá hasta sin saber
al cien por cien, ni lo que paga en impuestos, ni los beneficios que genera.
En estos
tiempos de crisis sanitaria con consecuencias económicas devastadoras también
para toreros y ganaderos modestos, banderilleros, picadores, trabajadores del
campo bravo, empleados de plazas de toros y demás sectores relacionados con
la fiesta, hemos visto al sector reclamando, no siempre con razón y formas,
sus derechos como trabajadores y contribuyentes, pero sin embargo, nadie ha
salido a la palestra reclamando siquiera por solidaridad con los compañeros
más desfavorecidos, una actuación, un control de los dineros que maneja este
mundo opaco y turbio.
Y si no
nos engañan 1600 millones de euros al año no son moco de pavo.
Pero
entonces, ¿quién administra, quién controla, quién revisa este volumen de
negocio?.
Entiendo
que es urgente presentar al mundo de qué va esto de los toros y no solo desde
un punto de vista cultural, identitario y artístico. No, no solo por estas
incuestionables razones tan de peso, pero tal y como está el patio, habría
que ir estudiando la forma de hacer llegar un mensaje bien apuntalado de
productividad económica basada en hechos, datos y cifras reales.
Desenmascarando el fraude que bien sabemos, no solo consiste en acotar las
facultades del toro o negarle las ventajas que asegura el reglamento. Se hace
muy necesario un saneamiento transversal en este mundo de los toros que
también aclare la rentabilidad o no de este espectáculo no solo para los
cuatro o cuarenta que se reparten el pastel, sino también como contribución o
aportación necesaria para mejorar la situación socioeconómica de este país
nuestro que probablemente, necesita más de la tauromaquia que la propia
tauromaquia parece saber.
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totalmente de acuerdo
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